Crecí aquí, en esta ciudad. De ella vienen mis historias. En este parque, que en algún momento estaba lleno de árboles, de flores, de bancas y de recovecos, aprendí a patinar, pasé tardes maravillosas con mi madre y mi hermano dando de comer a los pájaros, corriendo tras de ellos para verlos volar, comprando estampitas para los álbumes de fut y de caricaturas, comiendo helados de crema y churros con azúcar con mi tío, escuchando las campanas de las iglesias cercanas, visitando a la Guadalupana con mis tías, buscando con mi hermano, mis primas y mi primo a los seres mágicos de las leyendas que aún recorren estas calles. Pero también me acompañan los recuerdos de las mujeres que se sentaban en las gradas del portal y de la catedral mostrando quemaduras y golpes en las piernas, en el cuerpo; los mendigos secadiablo, los trabajadores que pasaban presurosos sin tener tiempo de detenerse a ver las flores. Recuerdo a los niños pidiendo dinero o trabajando solos, mientras mi hermano y yo
Comentarios
Fijate que fuí a leer, (hoy por cierto viene mi libro). Creo que deberías entrar supongo. No sé. La reseña estuvo malísima, y me extraña que viniendo de él, que se ponga a dar tantos detalles del libro.
En verdad me quede sorprendida.
Es decir...como lectores podemos darnos ese lujo. Pero otra cosa descalificar un trabajo contando detalles que no entendimos y para colmo añadir un supuesto final.¿Dé que se trata la vaina?. La cosa es no es así.
Aún sigue vigente ese "machismo intelectual" donde se cree que sólo los hombre tienen derecho a agarrar la pluma.Y que la mujer en la letras será siempre la réplica de Corín Tellado.Pos estos!!!
Nos seguimos leyendo.