Entradas

La ciudad caos (Discurso pronunciado en la inauguración de la XLVI Feria Municipal del libro)

Crecí aquí, en esta ciudad. De ella vienen mis historias. En este parque, que en algún momento estaba lleno de árboles, de flores, de bancas y de recovecos, aprendí a patinar, pasé tardes maravillosas con mi madre y mi hermano dando de comer a los pájaros, corriendo tras de ellos para verlos volar, comprando estampitas para los álbumes de fut y de caricaturas, comiendo helados de crema y churros con azúcar con mi tío, escuchando las campanas de las iglesias cercanas, visitando a la Guadalupana con mis tías, buscando con mi hermano, mis primas y mi primo a los seres mágicos de las leyendas que aún recorren estas calles. Pero también me acompañan los recuerdos de las mujeres que se sentaban en las gradas del portal y de la catedral mostrando quemaduras y golpes en las piernas, en el cuerpo; los mendigos secadiablo, los trabajadores que pasaban presurosos sin tener tiempo de detenerse a ver las flores. Recuerdo a los niños pidiendo dinero o trabajando solos, mientras mi hermano y yo

Del porno y cuatro historias de horror…

En países como este, donde hablar de educación sexual integral es aún un tema que levanta indignaciones y provoca persignaciones, el debate sobre el impacto del porno en la vida de las personas es una cuestión aún mucho más lejana.  Aunque las estadísticas de los sitios porno y algunos estudios serios –y otros no tan serios- señalan que las mujeres también vemos porno y que actualmente vemos más porno que en otras décadas; para muchos hombres este se convierte en un referente-a veces el principal- del sexo (qué es, cómo se hace, cómo se percibe el placer en las mujeres, qué tamaño ideal debe tener un pene, etc.) y en muchas ocasiones en su único instrumento de “educación sexual”, sin tomar en cuenta que eso que se ve en las pantallas es un producto –muchas veces- editado y en el que –muchas veces- participa todo un equipo de grabación. Así, el porno no es una representación fiel del sexo, de lo que ocurre entre dos personas que deciden entregarse a esas actividades lúdicas. Sin em

Día del padre....

A vos que también reproducís el machismo, de manera equitativa, junto con las mujeres. Estoy cansada de escuchar una y otra vez que somos las mujeres quienes reproducimos el machismo.  Hoy en un taller, una chicas decían, con toda la buen voluntad con la que está empedrada el camino al infierno, que ellas les dicen a las mujeres que son ellas las que reproducen el machismo. Tantas veces he escuchado esto, en mi largo recorrer como feminista, que hoy tuve que parar esa frase, esa idea, tan aceptada por feministas y no feministas y quise -y espero haberlo logrado- llevar la reflexión hacia cómo los hombres educan desde la ausencia.  Para suerte mía, y lo digo sin pena, mi madre tuvo a bien sacar a mi viejo de la ecuación de la crianza. Luego la vida me daría la oportunidad de conocerlo a él, cuando ella murió, y sin miedo pude constatar que sí, que esa fue la mejor decisión, a pesar de la alta cuenta -emocional, temporal, humana, económica- que mi vieja y mi tía tuvieron que

Cinco noches de telenovela

Soy del tipo de personas que pone la televisión como ruido de fondo. Como en la mañana no he dejado de ver las noticias para enterarme del infierno, la tele se queda ahí, en el canal 7. Aunque generalmente vengo por la noche, prendo la tele y busco algún canal light para separarme de los horrores, este lunes no fue así. Encendí el aparato, no cambié de canal y zaz, mientras hacía alguna otra cosa, escuché la voz de un tipo que decía algo como " mami, esta es tu casa, así que acomódate, busca los muebles para decorarla a tu gusto ". Como siempre me han dado entre pena y risa esas ideas del hombre 100% proveedor y de la mujer 100% doméstica, volví a la tele y me puse a ver.  He de decir que como toda buena adolescente, en mis años de juventud miraba algunas novelas, como Alcanzar una estrella, Dulce desafío, Rosa salvaje, Marimar, María la del barrio , etc. La última que vi completa fue Betty la fea , pero esos son otros cien pesos. La cosa es que me siento en la cama y ve

La macrotelenovela nacional

En verdad os digo que los noticieros parecen programas de anuncios de las series de la macrotelenovela nacional.  "Corruptos y ladrones: La línea" cuya segunda temporada fue suspendida ayer a causa de la PGN que exige su derecho a participar de la historia. Esto deja también suspendida la telenovela parodia (como la de María de Todos los Ángeles) "El túnel del amosh: de mi cárcel a tu cárcel" protagonizada por la renovada Roxi y el galán OPM y que, desde ayer, vuelve a causar furor en las redes sociales.  Como toda buena programación, también estamos a la espera de la continuación de la serie "IGSS Anatomy" que, por cierto, cuenta con uno de esos villanos con nombre telenovelesco: Juan de Dios Rodríguez. Dentro de la misma línea de programas relacionados al importante aspecto de la salud, parece que los productores de desgracias en este país, se empeñan en promover el programa "Sistemas de salud asesinos: sin insumos" que es parte de la

Cinco días light: día 5 (un día después)

Cuando la cabeza decide dar vueltas sin parar, lo único que puede hacerse para no perder la cordura es parar. Respirar. Ver un poco de tv basura y dormir. Vi el Roast a Charlie Sheen, me reí un poco, no mucho y pude dormir para iniciar el último día de obligarme a ser light.  Día 5: 11 de marzo 2016 En la mañana me levanté un poco tarde, sin duda la risa logró relajarme un poco más de la cuenta y vaya, tocó poner el café, meterme a bañar, prender la tele en el canal del lightness perpetuo y enterarme que Shakira andaba de visita en Disney y que a Eugenio Derbez le dieron su estrella en el paseo de Hollywood (¿quitarán y pondrán estrellas o ya irán por la doble fila?). Nada extraordinario. Llegué justo a tiempo al parqueo, saludé al canche que cuida de mi auto y todavía me animé a ir por un croissant con frijoles al isopan. El café, que sólo en la mañana puede calificarse de regular como en toda oficina, no estaba listo aún, así que volví con un vaso con agua hasta mi lugar de

Cinco días light: día 4

Me enfermé. Me sentí mal todo el día a pesar de que hice la misma rutina de los días anteriores. Mi cabeza andaba volada y sí, puse de nuevo el programa de chismes y la radio, pero no, no pude cantar y no, no fue por sesudas cavilaciones, más bien por un estado de suspensión con la imagen de lo de ayer, fija, muy fija y el miedo.  Día 4: 10 de marzo 2016 No, no podría decir, al menos no por la mañana, qué canciones escuché en la radio, ni cuál de los caminos seguí para llegar al chance y esas cosas. Me tocó, por suerte, un día de oficina, metida toda la mañana hablando de un proyecto y luego de otro. Así todo el día, todo el día viendo como si estuviera ¿dentro o fuera? de una pecera, pasar a la gente que corre apresurada de un lado a otro de la oficina.  Algo me cayó mal, asumo, del almuerzo. Vomité un par de veces, discretamente porque eso de hacer el espectáculo público cuando el cuerpo rechaza la comida, nop, no me gusta. Dormí poco, así que mi cuerpo no andaba en las