Fue una noche terrible, imposible dormir, imposible dejar de sentirme culpable. Por la tarde lo había regañado muy fuerte por una de esas travesuras de cachorro que Lancelot no está más en edad de hacer, pero que como buen perro voluntarioso sigue haciendo. Desapareció en un ratito, en un momento y la búsqueda fue larga. En la primer vuelta un chico de la colonia, Mike, dijo haberlo visto "un colochito, chiquito, simpático" que pasó por allí, y me dijo: " yo vivo acá, búscame mañana en la mañana, por si lo veo". Fueron horas de búsqueda sin resultados.
Nada, del viernes al sábado nada, no pude dormir, las horas pasaban y lo imaginaba caminando perdido por las calles, con frío, sin su cama. Horrible. Imaginaba que otros perros lo atacaban. A las seis del sábado salí a buscarlo de nuevo, caminar la colonia entera que es grande y llena de calles y vueltas, y bajadas, y nada, lo llamaba con la esperanza de escuchar su ladrido, dos horas después, sin éxito volví a casa, …
Nada, del viernes al sábado nada, no pude dormir, las horas pasaban y lo imaginaba caminando perdido por las calles, con frío, sin su cama. Horrible. Imaginaba que otros perros lo atacaban. A las seis del sábado salí a buscarlo de nuevo, caminar la colonia entera que es grande y llena de calles y vueltas, y bajadas, y nada, lo llamaba con la esperanza de escuchar su ladrido, dos horas después, sin éxito volví a casa, …