Agosto

Agosto siempre termina igual, con el día de su muerte que se esconde en lo cotidiano, pero que está ahí, presente, siempre para saltarme encima y decirme que son 16 años ya, 16 años de no verla, de no escuchar su voz más que en recuerdos.

Hace 16 años -días más, días menos- murió mi madre y uffff sigo extrañando su mirada, sigo extrañando su voz y el sonido de sus pasos por la calle. En un par de años más, habré pasado la mitad de mi vida sin ella y eso, esa idea me da mucho miedo, miedo a la tristeza, miedo a perder la memoria de ella, a olvidar el tono de su sonrisa, el color de sus manos, la forma de sus pies.

Este año es aún más complicado, hasta el año pasado, Rafa estaba ahí, ahí para decirle mano son X años y tener con quién compartir los recuerdos y los dolores por la muerte de los padres. Ahora Rafa no está y me siento un poco más huérfana, un poco más sola.

Mi madre, uffff era este personaje maravilloso, tremendamente humano, apasionado, sin pelos en la lengua, con una mirada que lo atravesaba todo. Aunque esos 18 años que la tuve sirvieron para verme en ella, para revelarme ante ella, para ser plenamente adolescente, no me dejaron conocerla de manera como me dan ganas ahora: de adulta a adulta, e imaginar ese ejercicio, imaginar mis preguntas y dudar sus respuestas me acompaña siempre... qué pensaría sí... qué me diría... están siempre rondando lo que hago, lo que pienso... perderla fue perder a uno de mis primeros espejos y me pregunto cómo hubiera sido esta construcción que he llevado "en sólo", si su mirada hubiera estado ahí, si su voz me hubiera retado aún más de lo que el recuerdo de su voz lo hace...

No sé a dónde nos lleva la muerte... quizá a un reencuentro, quizá es solamente el cerebro el que para calmar la angustia nos presenta imágenes de aquellos que amamos a lo largo de la vida, y que ya no están...

Algún día lo descubriré y sabré si del otro lado es posible abrazar a mi madre, fumarme un cigarrillo con Rafa, volver a ver a mis perros muertos, a los amigos que decidieron partir antes...

Es final de agosto, en fin...

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
a veces esa esperanza de saber que va a pasar mas adelante es la unica vela de fe que le queda a uno... que feo realmente... no se que decirte debe de ser muy dificil año con año recordar lo mismo y que el dolor no sane, hay heridas que nunca sanan. saludos y un abrazo, tengo ganas de irme a sentar a tu sofa y platicar de nada o de tanto... ahh esos tiempos.. uno se hace viejo y cada vez menos interesante supongo.
Denise Phé-Funchal ha dicho que…
:) me gusta pensar que lo interesante es quizá lo único que no se pierde.
tania hf ha dicho que…
Seguro hay mucho de tu madre en ti, las frases, los parecidos, la forma de moverse, de ser, y todo eso que hace que tú y las otras personas que la conocieron, no la olviden. En cuanto mayores nos hacemos, más reconocemos a nuestros padres en nosotros. Y ese diálogo con ellos queda siempre.

Un abrazo.
Denise Phé-Funchal ha dicho que…
Sí, me parezco mucho :) gracias por recordármelo. Abrazos

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