Línchenlos
Hace ya un par de años, cuando este rollo de la violencia comenzaba a ponerse de a pocos más grueso, en una tarde en la Antigua con un cuaz paramos en el edificio del Colegio de Jesús a ver una presentación de títeres de mano en el atrio. La historia que presentaban era ese tipo de historia donde hay un bueno héroe, en este caso un güiro; una víctima, la abuela del guiro; y un malo, que era el diablo. Además estaba el poli, que siempre andaba de despistado y nunca creía en lo que el niño decía. La cosa es que el diablo secuestra a la abuela y luego le ofrece al güiro dejarla ir a cambio de su alma y de que lo acompañara al cálido infierno. El güiro no acepta y va en busca del poli, el poli aparece por una esquina y el diablo desaparece antes que el poli lo vea. El niño le decía ¡allí está! ¡allí esta! y se suponía que era esa parte de la dinámica de los títeres, en la que el público participa con allí está, allí está. En esas estábamos la mayoría, diciendo ¡atrápalo! ¡atrápalo! ¡allí está! ¡no! ¡no! ¡en la otra esquina! cuando el poli finalmente atrapa al diablo, de la parte trasera del atrio, comienza a escucharse la voz de ¡línchenlo!¡línchenlo! eran unos niños, un niño y una niña que en cuanto el poli agarró al demonio, gritaron ¡línchenlo!¡línchenlo!. Ya en ese momento mi cuaz y yo quedamos mudos, igual que buena parte del público que hablaba español... la violencia estaba ya en todas partes y la idea de tomar la justicia por manos propias.
Ayer en una de mis incursiones de chamba, iba en un taxi y el taxista escuchaba un programa de discusión sobre problemas nacionales al que la gente llama y da su opinión. en el trayecto me dio chance es escuchar lo que decía el locutor y unas cuantas llamadas del público, la mayoría en el tono de que hay que exigir al gobierno o quejas y anécdotas de violencia. Por allí el locutor dijo que se extrañaba la época de los carteristas, en las que uno ni cuenta se daba de que le habían robado al billetera o giletteado la bolsa en el bus.
Pero dos llamadas fueron realmente desoladoras, la primera, un don que llamó y que dijo que la gente le tiene miedo a esos patojos babosos, que son patojos, pero que lo bueno era que ahora ya se podía armar la gente y que se podían defender y dijo, con estas palabras "ahora podremos demostrar lo hombres que somos"... la siguiente llamada, una mujer diciendo que lo bueno de las poblaciones indígenas y que debía ser imitado por todos los demás, era el linchamiento de los delincuentes, no dejar -como dijo el presidente el día que se sancionó la ley de armas- que los delincuentes entren a las comunidades.
Así el clima de terror va creciendo, la gente de hecho piensa en armarse y en tomar la justicia en manos propias, aplicar el ojo por ojo, el gobierno, pos no parece tocar pito en toda esta vaina, pero si que tendrá vela en los entierros.
Ayer en una de mis incursiones de chamba, iba en un taxi y el taxista escuchaba un programa de discusión sobre problemas nacionales al que la gente llama y da su opinión. en el trayecto me dio chance es escuchar lo que decía el locutor y unas cuantas llamadas del público, la mayoría en el tono de que hay que exigir al gobierno o quejas y anécdotas de violencia. Por allí el locutor dijo que se extrañaba la época de los carteristas, en las que uno ni cuenta se daba de que le habían robado al billetera o giletteado la bolsa en el bus.
Pero dos llamadas fueron realmente desoladoras, la primera, un don que llamó y que dijo que la gente le tiene miedo a esos patojos babosos, que son patojos, pero que lo bueno era que ahora ya se podía armar la gente y que se podían defender y dijo, con estas palabras "ahora podremos demostrar lo hombres que somos"... la siguiente llamada, una mujer diciendo que lo bueno de las poblaciones indígenas y que debía ser imitado por todos los demás, era el linchamiento de los delincuentes, no dejar -como dijo el presidente el día que se sancionó la ley de armas- que los delincuentes entren a las comunidades.
Así el clima de terror va creciendo, la gente de hecho piensa en armarse y en tomar la justicia en manos propias, aplicar el ojo por ojo, el gobierno, pos no parece tocar pito en toda esta vaina, pero si que tendrá vela en los entierros.
Comentarios
Abrazos vos, a ver pa´cuando la platicada...