Caminar
Caminar fue solamente un sueño para mí durante mucho tiempo. Durante los años en los que me desplazaba a saltos. Con 13 centímetros de diferencia entre una pierna y otra, volver a caminar -como hasta cuando tenía 6 y la diferencia comenzó a hacerse notoria, y a crecer- parecía que no ocurriría de nuevo. Antes de los 13 años, antes de que me hicieran el alargamiento de fémur , pasé por decenas de médicos y terapistas que armaban sus teorías sobre lo que había ocurrido en un inicio y predicaban curas milagrosas en las que mi madre creía. Así me hicieron aproximadamente 11 manipulaciones cerradas, que consisten en forzar el hueso a una posición recta y enyesarlo; me soltaron los tendones (eso sí ayudó, por lo menos me permitió un poco de movimiento) y me llevaron durante años a terapia con un médico de apellido francés: Discri, que tenía la clínica en el pasaje Rubio. También en algún momento me internaron y colgaron de mi tobillo una pesa de 5 kilos, una tracción forzada, creo que se ...