El año
El año se va, se va, se va... y nunca regresará, decía una amiga de mi mamá cada año nuevo que pasaba en la casa... y sí se fue el añito, el 2010 que le dicen por esa maña de todo fecharlo, de todo etiquetarlo que tenenemos, por esas ansias de sentir que todo lo controlamos. Pero bueno, el tema es que se acabó el año y precisamente por culpa de la cultura, tendemos a hacer un recuento de lo hecho, lo dicho, lo iniciado, lo inacabado y lo acabado, con mayor o menor profundidad, claro... no es que el judeocristianismo lleve a la introspección per se, pero una manita le da, para algunos las cuentas del año se darán en función de los kilos subidos o bajados, del número de gente conquistada, de la cantidad de plata ganada o perdida, en fin, cada uno sus cuentas, sus enfrentamientos y sus evasiones... pero eso está bien, una de las cosas que más me gustan del fin de año, es esa idea de que todo puede volver a empezar. Aunque quizá en una práctica muy egomaníaca, mi fin de año es el día de mi...