La maleta

Seguramente a esta hora habrá ya millones de posts sobre la muerte de Michael Jackson y no creo que haya nada más que decir... ídolo, sí... baliarinazo como muchos hubieramos querido ser, sí... una voz maravillosa, también... un producto de mercado con crisis y escándalos incluidos, ajá... que se dispararán las descargas de sus rolas y la venta de discos y parafernalia micheljacksonista, seguro, seguro... un personaje extrañamemente macabro y tierno, definitivamente... y bueno, quizá finalmente ahora el Thriller se haga realidad y en una de esas, zaz! los muertos bailando para sacarnos gritos y para sacarnos de la rutina. RIP Michael Jackson... ¿será el alma negra? digo...

Hace aproximadamente tres semanas decidí renunciar al chance, pensando en el tiempo: tiempo para terminar la tesis de psicología social - tengo que hacer aún algunas entrevistas y sentarme a analizar la info-; tiempo para la maestría de historia -que es una completa maravilla, pero no pude el semestre pasado de dedicarle el tiempo debido-, y tener tiempo para estar con mi brocolí que vino por unas semanas. Nada de esto podía concretarse como se debe, si seguía en el trabajo anterior, así que no quedó de otra y presenté la carta sin pensarlo dos veces. Al inicio, claro, me dio miedo quedarme sin chamba... ya una vez pasé seis meses sin un len seguro en mi cuenta, y pasar por una situación similar me paraba el pelo, a pesar de que en estas tres semanas salieron algunos trabajines que, bueno, me darían para pasarla unos meses. Finalmente hoy, hace unos minutos y luego de un proceso medio incierto, me confirmaron que entro a ser parte del equipo de una clínica de salud para mujeres, en la...

Chéquen el dancing y el inolvidable vestuario...

Una vez más mi brocoli estará por estas tierras, imposible sacarme esta rola de la cabeza, reemplazando claro, el coro por alguien ya viene a Guateeee.....

Justo ayer en reflexiones vespertinas con Sebastián hablábamos de la música, de cómo el tiempo, el crecer y la cotidianidad sacan de nuestro espectro musical a canciones, rolonas que en algún momento sentímos fundamentales en la vida, canciones en las que se dejaba el alma, el corazón y las pesadillas, música a la que es preciso volver, o más bien que vuelve a nos sin pedir permiso, sin preguntarnos si estamos listos para revisar esa parte de la vida que creímos cerrada, parte del pasado, y zaz! como si ayer tuviéramos 15 o 19 años, el cerebro deja escapar letras de las canciones, el corazón late de nuevo al ritmo del rock n´roll, sensaciones pasadas invaden la sangre y paf! uno vuelve a ser música, a caminar sobre ella, del cabello se desperenden las notas recien despertadas luego de años de silencio, y casi casi uno puede sentir, incluso ver, a los antiguos compañeros, los conciertos, la gente saltando, gritando, viviendo. Echoes de Pink Floyd es una de esas que me devuelven a la ese...

Algunas veces todo parece bien, todo aparentemente está en orden y camina con pasos más o menos seguros, pasos que parecen llevar a un puerto tranquilo, mágicamente estable, pero debajo de toda esa ilusión de estabilidad, los sueños revelan que algo está al borde del cambio y una mañana, sin quererlo, sin haberlo planeado, sin la pretención de cambiar la estabilidad por un puente quebradizo sobre un abismo, con cocodirilos al fondo y todo, la piel vieja amanece entre las sábanas y la nueva piel duele, exige ser hidratada, cuidada para acostumbrarse al viento, al polvo, a los huracanes que a lo lejos amenazan con botarnos del puente frente al cual amaneció la cama. La nueva piel exige ponerse en pie... El resto de la casa ha desaparecido, no hay refugio, la cama se devanece al poner los pies en el suelo. No queda otra, hay que cruzar el puente. Los otros, que observan desde sus casas, desde sus balcones seguros al borde del abismo, preguntan por qué has dejado la cama, la estabilidad, l...