La muerte
Parece que la muerte me espera en cada escritorio. Es casi impensable huir de ella. Cada año paso un mes o dos revisando sus páginas, sus tácticas. Y no es esa muerte romántica que me encanta, no son los suicidios, ni los lábios verdes, ni el sabor a albahaca en el cielo de la boca, no son esos fantasmas melancólicos, son de los que se quejan, de los que hablan en un idioma que no entiendo, de los que dejan sabor a tierra y a sangre. Este país duele, esta historia duele. Estoy triste.