Dos veces me han dibujado, bueno a parte de las innumerables veces que mi hermano ha hecho caricaturas de mí (estuve buscando una pero no encontré nada, he de revisar el baúl uno de estos días). La primera fue en Paris, hace seis años, con uno de los chavos que se ponen cerca de la torre y que cobran una barbaridad por la carica, pero gracias a mis -ejem- encantos, me la dejó a un precio razonable, unos 20 quetzales de ese tiempo. La segunda, hace unos diez días en el Cerrito del Carmen, para ser más precisos, la hizo Luis Mario, el señor que aparece en la foto al final de esta serie . Como verán Lancelot aparece en el dibujo, ese día tuve la mala idea de llevarlo conmigo al Cerrito, según yo iba a tomar fotos, pero con perro de compañía es casi imposible, así que, cansada de tirar de él y de alejarlo de otros perros para evitar demandas por acoso sexual, me senté por allí, y el pintor nos cachó en pose impresionista dice él, con paraguas amarillo y todo rollo.