La ciudad caos (Discurso pronunciado en la inauguración de la XLVI Feria Municipal del libro)
Crecí aquí, en esta ciudad. De ella vienen mis historias. En este parque, que en algún momento estaba lleno de árboles, de flores, de bancas y de recovecos, aprendí a patinar, pasé tardes maravillosas con mi madre y mi hermano dando de comer a los pájaros, corriendo tras de ellos para verlos volar, comprando estampitas para los álbumes de fut y de caricaturas, comiendo helados de crema y churros con azúcar con mi tío, escuchando las campanas de las iglesias cercanas, visitando a la Guadalupana con mis tías, buscando con mi hermano, mis primas y mi primo a los seres mágicos de las leyendas que aún recorren estas calles. Pero también me acompañan los recuerdos de las mujeres que se sentaban en las gradas del portal y de la catedral mostrando quemaduras y golpes en las piernas, en el cuerpo; los mendigos secadiablo, los trabajadores que pasaban presurosos sin tener tiempo de detenerse a ver las flores. Recuerdo a los niños pidiendo dinero o trabajando solos, mientras mi hermano y yo